El arte rococó surge como una respuesta hacia el barroco, que representaba al poder absolutista, a cargo por aquel entonces del Rey Luis XV.
Aquellas intervenciones sólo tenían en cuenta a la realeza, excluyendo a todos los otros sectores sociales que no se sentían representados por aquellas obras.
En este contexto surge el rococó. El término proviene de una mezcla entre las palabras “rocaille” (piedra) y “coquille” (conchas).
En suma, Francia es la cuna del estilo y desde aquí se expande a otros países de Europa, como Italia, Alemania, España e Inglaterra.
El movimiento artístico estuvo presente en todas las ramas del arte (música, escultura, pintura, arquitectura) y su principal aporte fue la representación de la vida aristocrática de aquel momento histórico.
Es por eso por lo que el arte rococó es recordado por la libertad que tuvieron los artistas para crear y desarrollar sus obras.
En este sentido, estas intervenciones no tenían ninguna influencia religiosa y, por esta razón, muchas producciones representaban a la libertad de diferentes formas, como por ejemplo el reflejo de fiestas o la intimidad de dos personas en la cama.
En este tipo de obras empieza a tener un rol preponderante la mujer y eso se refleja en las producciones artísticas.
A su vez, en lo que respecta a la arquitectura, su legado fue muy profundo, con edificaciones sorprendentes e imponentes que perduran hasta estos días.
Características del rococó
Los expertos califican al movimiento rococó como un arte caracterizado por sus colores suaves, claros y muy luminosos.
En este sentido, al estar totalmente influenciado por la libertad que se sentía en aquel momento, todas las intervenciones de los artistas reflejaban cuerpos desnudos y la naturaleza, y también rescataban cualidades del arte oriental o de la mitología para llevar a cabo sus producciones.
El arte rococó no tiene ninguna influencia religiosa, por lo que era considerado mundano, un aspecto sumamente novedoso para esa época.
El objetivo de los grandes exponentes del movimiento era el de poder encontrar un estilo que sea, al mismo tiempo, sensual, exótico, refinado y agradable.
Por esta razón, era muy común ver, por ejemplo, obras de mujeres completamente desnudas o la representación de una fiesta de aquel tiempo.
En definitiva, podemos decir que este arte intentaba reflejar temas y situaciones particulares de lo que era la vida cotidiana y las relaciones humanas por aquel entonces.
Además de lo que se buscaba transmitir en las pinturas, esculturas y música, la arquitectura también estuvo influenciada por el movimiento.
Precisamente, una de las características de este movimiento artístico fue la marcada diferencia entre los exteriores e interiores.
Y es que el interior era considerado como un lugar para dar rienda suelta a la fantasía, en donde había una gran diversidad de colores.
Y, por su parte, en lo que respecta a los exteriores, las fachadas eran sencillas y simples, generando un contraste sorprendente con el interior.
En suma, el rococó fue un movimiento que abarcó todas las ramas del arte y que en Francia tuvo un aporte significativo en su rica historia cultural.
Principales aportes en Francia
Sin lugar a duda, al haber sido Francia la cuna del movimiento artístico, el rococó definitivamente tuvo una influencia muy importante en el país.
Sus principales aportes fueron en el mobiliario, la arquitectura y los objetos de porcelana, en donde este arte dejó huellas que perduraron durante años.
Por esta razón, vale la pena observar en detalle cómo ha influido el arte rococó en estos tres aspectos.
Arquitectura
Este arte penetró fuertemente también en la arquitectura del Siglo XVIII, algunas de cuyas construcciones perduran hasta la actualidad.
El rococó francés hizo que se produjera un alejamiento de la cultura respecto a los espacios de la Corte y el Rey, debido a que se buscaba reflejar la vida de otros sectores sociales.
Esto también impactó en la arquitectura, ya que las personas buscaron construir sus casas en las afueras de las grandes ciudades.
Además, creció notablemente la creación de hoteles y mansiones, con imponentes escaleras que conectaban los diferentes ambientes de una manera mucho más práctica.
Al mismo tiempo, otra tendencia que trajo el movimiento artístico fue la presencia de grandes jardines o patios en casas, en mansiones y hoteles.

Porcelana
Otro aspecto que revolucionó el rococó en Francia fue la porcelana, que ocupó un lugar muy importante en ese país durante el Siglo XVIII.
La fabricación, tras unos años difíciles en Vincennes, tuvo su auge en la ciudad de Sevres, en donde encontró el estilo definitivo que marcaría tendencia.
La porcelana se caracterizaría por sus dibujos rodeados de ornamentación de rocalla sobre fondo blanco, aunque este blanco pasaría rápidamente a ser de colores muy vivos, como el azul en diferentes tonalidades, el rosa y el amarillo.
De esta manera, a partir del año 1750 aproximadamente, se puso de moda la colocación de placas de porcelana como decoración de pequeños muebles o accesorios.
Mobiliario
El diseño de muebles era la principal actividad de toda una dinastía de ebanistas de París, que se destacaban por desarrollar un estilo de línea curva en tres dimensiones, donde las superficies de madera se completaban con una marquetería de bronce.
Con la expansión del rococó en París, el estilo no sólo se mantuvo sobrio, sino que los elementos se fueron perfeccionando.
En este sentido, los ornamentos, principalmente los de madera, eran menos macizos y se presentaban con composiciones especiales, como florales, máscaras llamativas, pinturas y hasta con incrustaciones de piedra.
Al mismo tiempo, el sector mobiliario se destacó también por la fabricación de muebles más cómodos, como por ejemplo las sillas.
Una postal de aquellos tiempos es que las personas que asistían a reuniones se sentaban en sillas que permitían reclinarse e incluso estirarse.

Fin del rococó
En conclusión, el rococó en Francia tuvo un alto impacto y trajo grandes cambios en diferentes rubros de la vida cotidiana del país.
Hacia el año 1780, este movimiento artístico dejaría de estar de moda en Francia, aunque su influencia aún perdura en algunas de las ciudades más importantes.