El artista Jean-Honoré Fragonard actualmente es mundialmente reconocido a través de la historia por representar a través de la plástica en su pintura la máxima expresión del rococó francés. Su carrera comienza a temprana edad con apenas 6 años al mudarse a París con su familia.

Nace en la famosa región de los Alpes Marítimos franceses. Es precisamente una terrible crisis económica familiar que genera la mudanza a París e impulsa sus inicios como artista y pintor.
La mayor herencia de su obra está vivamente representada en el hedonismo y la voluptuosidad que caracterizaban sus pinturas.
Sin embargo, esa no fue la inspiración que movió sus inicios, la profundidad de su formación pictórica e influencia se podrá descubrir en estas líneas.
Los historiadores coinciden en señalar que la mejor decisión que pudo tomar Jean-Honoré Fragonard fue alejarse de su trabajo como escribano en el despacho de un notario y cambiar las oficinas cerradas por lienzos, pinceles, colores y pigmentos.
Todos coinciden en que el pintor es de los más importantes exponentes del rococó en el siglo XVIII con una obra que contrasta todas las aspiraciones de la época en cuanto a cultura, mitología, fe y deseos de evolución en combinación con una irreverencia única.
Mantuvo un estilo desenvuelto y muy erótico, cargado a la vez de una sensibilidad imposible de ignorar, expresando sus famosas escenas galantes que criticaban la moralidad de la época y contrastaban a cabalidad los típicos retratos de su tiempo.
Preparación
Su formación pictórica estuvo a cargo de Chardin, Van Loo y al final muy influenciada por las enseñanzas de Boucher. Las grandes aspiraciones de conocimiento de Fragonard se pueden observar en la diversidad de estilos que caracterizan su obra.
Chardin fue su primer maestro, colaborando durante 6 meses en profundizar en la tarea de solidificar su formación como pintor profesional.
Llegó al punto de adquirir el estilo pictórico de su maestro y de recibir encargos con la ejecución de réplicas de pinturas de Chardin.

Hedonismo y Voluptuosidad
Sus inicios en la pintura profesional estuvieron caracterizados por temática religiosa y mitológica, sin embargo, el público seguía optando por escenas típicas de la época del rey Luis XV en las que predominaba el erotismo.
Sus tonos pasteles se pudieron estudiar gracias a los pocos retratos que realizó de niño, llegando por este tipo de obras a recibir un encargo muy importante de parte de Marie-Jeanne Barry (amante del rey) para decorar su palacio.
Las pinturas que representan esa voluptuosidad característica de las escenas eróticas destacan entre sus obras más populares de su carrera y las que lo llevaron a la cima.
Premio de Roma
Este galardón era de gran importancia para todo artista de la época, Fragonard lo recibió en 1752 aunque no hubiese sido alumno de la Academia. Luis XIV lo creó como premio anual destinado a impulsar la carrera de jóvenes escultores, arquitectos y pintores.
El Premio de Roma fue considerado durante más de 300 años el galardón más relevante que cualquier creativo de esas áreas pudiera recibir, ya que le generaba atención mediática a nivel internacional y un camino seguro a la fama.
Con este premio logró ir a Roma subvencionado por la Real Academia de Escultura y Pintura de Francia.
Una vez radicado en Roma, sus grandes referentes fueron algunos renacentistas y especialmente Giovanni Battista Tiepolo, a cuya obra le dedicó un largo tiempo de estudio en Venecia antes de regresar a Paris en 1761.
Periodo en la academia
Logró su admisión directa en la Academia en 1765 gracias a dos de sus obras que hoy día se encuentran en el Museo del Louvre. Había sido incluso objeto de elogio por parte de Diderot y adquirida por el rey para ser reproducida automáticamente.
Fragonard siempre mantuvo la duda constante de mover su obra hacia una temática religiosa y mitológica, hasta que el rey Luis XV solicita la creación de escenas de amor y placer que llevaron a redirigir su identidad hacia ese tipo de erotismo y voluptuosidad artística.

Últimos años
La Revolución Francesa fue un período de máxima relevancia ya que con todas sus revueltas puso fin definitivo a la gran demanda que había de obras de arte cargadas de hedonismo, género que en un pasado puso a Fragonard en la cúspide de la pintura. Para Jean-Honoré Fragonard, marcó un antes y un después en su carrera artística y significó el fin de su aporte al rococó. En ese momento histórico deja París.
Es lamentable cómo sus últimos años transcurrieron en la absoluta miseria, y fallece en el olvido total en París, ciudad a la que logra retornar poco antes de su muerte en 1806.
Posterior a su muerte los historiadores resaltan que fue completamente ignorado, específicamente durante más de medio siglo XIX.
Sin embargo, su descubrimiento por parte de estudiosos del arte lo planteó como uno de los mayores exponentes del arte rococó en su tiempo.
Obras
Hoy día sus piezas son reconocidas como representación clave del rococó en su tiempo y son estudiadas en distintas academias de arte y escultura a nivel mundial con riguroso detenimiento en cuanto a técnicas, referencia e influencia artística.
Distintos museos alrededor del mundo exhiben su trabajo, tal es el caso del Louvre en París, el Museo del Prado en Madrid, el Museo de Arte de Toledo, la Colección Wallace en Londres, el MNAC en Barcelona, así como en el Metropolitan Museum de la ciudad de Nueva York.
Destacan con su autoría más de 550 pinturas, dos de las más conocidas son el columpio y La gallina ciega.
El columpio (Colección Wallace, Londres, Reino Unido)
Representa una escena galante en la que una joven se balancea en un columpio que empuja un hombre mayor (seguramente su marido) relegado a la sombra, mientras que abajo aparece un joven (su amante) en primer plano, entre la vegetación y las flores.

La gallina ciega (Museo de Arte de Toledo, Ohio, EEUU)
Fragonard retrata el juego de la gallina ciega, aunque mas que jugar parece ser un pretexto para la seducción.
