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Pintura

Contemplar la historia aristocrática, es poner la mirada en la pintura Rococó, mediante la cual se dio expresión de este estilo de vida que marcó a Europa durante el siglo XVIII.

La influencia de esta corriente artística fue de tal magnitud, que se habla de una época Rococó. Y en efecto, fue de gran trascendencia, ya que, a partir de este estilo, surgieron nuevas técnicas aplicadas a la pintura y se cambió la visión que caracterizaba a las obras del momento.

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Pintores

¿Qué es el Rococó?

El arte Rococó fue un movimiento artístico que tuvo su origen en Francia y posteriormente se expandió por toda Europa. Su nacimiento es producto de una respuesta al arte barroco y se desarrolló entre 1730 y 1760.

Se dice que el origen de la palabra rococó es el producto de la combinación de las palabras rocaille y coquille. Así, la expresión hace referencia al particular uso de rocas y conchas marinas en las obras de arte de dicho estilo.

En términos generales, el arte rococó se inspira en la clase aristocrática, reflejando la comodidad y el lujo propios de esta. Como expresión artística, se desarrolló mayormente en la pintura, la arquitectura, el mobiliario y también tuvo influencia en la moda de la época.

El rococó llega a su fin por la misma la razón por la que alcanzó el auge. Hacia 1760, personajes de la talla de Voltaire, expresaron su desacuerdo con la superficialidad que transmitía el arte de la época.

Madame de Pompadour de François Boucher

Características de la pintura Rococó

La pintura rococó se desarrolla siguiendo la inspiración del concepto de libertad. Bajo esta premisa, se aparta de lo que hasta ahora predominaba en la pintura, esto es, las escenas históricas y religiosas, y se inclina más por lo cotidiano e incluso, libertino.

En consecuencia, las escenas que se aprecian en las pinturas rococó están marcadas por la iluminación que aportan las tonalidades claras.

Probablemente, la palabra que mejor describe a las pinturas del estilo rococó sea mundano. En ellas, se aprecian los distintos elementos que formaban parte de la vida diaria. Por esta razón, las representaciones apuntan hacia lo exótico, campestre y natural.

Un aspecto destacable, es la aparición de la mujer en las obras. En el estilo rococó, la mujer es retratada como elemento sensual. Se busca reflejar la delicadeza y belleza de su cuerpo y por eso, la elección predominante son los desnudos de jóvenes.

En consecuencia, muchas de las pinturas del rococó invitan a la lujuria y alientan el cotejo de los caballeros hacia las mujeres, con el fin de saciar sus deseos sensuales.

Otro aspecto peculiar de las obras del estilo rococó es que, en su mayoría, fueron empleadas con fines decorativos. Su aparición en la decoración de interiores hizo que muchos la valoraran como un arte complementario.

Dichas características no fueron asumidas plenamente en todas las regiones en las que se desarrolló este estilo. Si bien, las mismas caracterizan a Francia, país que lo vio nacer, en otras localidades se expresó de una manera más conservadora.

Esto permitió que, en países como Alemania, el rococó pasara a formar parte del mobiliario de lugares solemnes, como las iglesias. Esto es lo que se denomina rococó sacro o monumental.

Diferencias de la pintura Rococó y la pintura Barroca

La pintura rococó y, en general, todas las expresiones artísticas surgidas bajo la inspiración de este movimiento tienden a ser comparadas con el arte barroco, dada la cercanía entre el declive de un estilo y el surgimiento de otro.

De hecho, para muchos, el estilo rococó es considerado como la expresión artística con la que el barroco culmina. Sin embargo, dadas sus notables diferencias, debe afirmarse que la pintura rococó es completamente independiente.

La pintura en el estilo barroco es mucho más sobria que en el arte rococó. Los temas se alejan de lo superficial y se enfocan en la realidad. Las pinturas tienen una notable carga emotiva que se demuestra en todo el contexto, pero de modo especial, en el rostro de cada personaje.

En cuanto a la influencia religiosa, el rococó es, en esencia, ajeno a esta. El centro es la vida del mundo y no los asuntos espirituales del hombre. Contrario a ello, en la pintura barroca, predomina el tema religioso, siendo Caravaggio uno de sus mayores exponentes.

Pintores Rococó más famosos

El rococó fue un estilo que inspiró a muchos pintores del siglo XVIII. Sin embargo, entre sus exponentes más importantes destacan:

Jean Antoine Watteau

Fue el primer exponente de la pintura rococó y el representante de mayor proyección en este estilo. Sus obras basadas en las Fiestas Galantes le dieron la entrada a la Academia Francesa. Sus cuadros están caracterizados por los ambientes naturales, con personajes elegantes y colores claros y diluidos.

François Boucher

Fue un maestro pintor inspirado en la obra de Watteau. Sus obras tienen una notable carga de erotismo y se caracterizó por el énfasis en los detalles. Ver mas

Jean Honoré Fragonard

Se conoce como uno de los últimos exponentes del rococó francés. Destacó por su capacidad para dotar de vida los elementos que pintaba y por la pasión y voluptuosidad, como temas de sus cuadros.

Fiesta veneciana de Jean Antoine Watteau

Obras Rococó más destacadas

Durante el periodo rococó, se realizaron centenares de pinturas tanto de los más destacados exponentes del género, como de los artistas menos reconocidos. Entre las más famosas, se deben mencionar las siguientes:

  • El Columpio: es la obra más destacada de Jean Honoré Fragonard y, en opinión de la crítica, la más importante del estilo rococó.
  • Peregrinación a la Isla de Citera: es la obra maestra de Watteau. Data de 1717 y representa un paisaje rural en el que unos viajeros van o regresan de la llamada isla del amor.
  • El triunfo de Venus: una de las obras más populares de Boucher. La desnudez, el erotismo, el empleo de tonalidades claras y elementos naturales hacen resaltar en ella los elementos más característicos del rococó.

El fin del rococó estuvo marcado por lo que los críticos calificaron de falta de seriedad que, según ellos, restaba categoría a las obras de arte. Es así, como termina siendo sucedido por corrientes más sobrias, tales como el neoclásico y el estilo imperial.